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En el puente que abarcada los días de 30 de octubre al 2 de noviembre, el Mayor organizó una convivencia a Lisboa. Nos apuntamos un sacerdote, un doctor en literatura, un empresario, un agrónomo, un estudiante de biomédica, un escultor en ciernes, un estudiante de farmacia y yo, ¡vaya grupo raro! Y debíamos aguantarnos muchas horas en una furgoneta.
Realmente no fue un viaje a Lisboa, fue un multi-recorrido cultural.
Primera parada, Mérida. Allí fuimos al museo y disfrutamos de un paseo por los alrededores de las ruinas romanas.
Segunda parada, Évora. Ya introducidos en suelo portugués, en la radio de la furgoneta no se escuchaba nada en castellano. Pudimos visitar la catedral, ver el ambiente de esta ciudad universitaria y tomarnos nuestra primera cerveza SuperBock.
Tercera parada, Lisboa. Entramos por el Puente Vasco de Gama y bajo la atenta mirada de la estatua del Sagrado Corazón de Lisboa, el GPS nos hizo dar vueltas una y otra vez en una circunvalación como ese ratón que se quiere morder la cola. Por fin llegamos al Mayor Montesclaros, con unas estupendas instalaciones. No había tiempo que perder, cena y paseo nocturno por la ciudad. Al día siguiente en el desayuno conocimos desde un navarro que estaba de Erasmus y que nos hacía envidiar las estancias europeas de estudio, a otro nacido en Cabo Verde que nos contaba cómo era su país. Después del desayuno, todo se volvió frenético, había muchas cosas que ver. Nos montamos en los famosos y simpáticos tranvías, estuvimos en la majestuosa plaza del comercio y subimos con la furgoneta hasta lo más alto del centro histórico, al Castillo de San Jorge.
Tercera parada, Fátima. Punto de peregrinación espiritual, gente de todos los países van a Portugal exclusivamente para acudir a Fátima. Nos reunimos con un amigo colombiano, que gustosamente nos invitó a una merienda.
Cuarta parada, Albufeira. Nos fuimos de Lisboa parando en Belén para conseguir sus pasteles típicos y rumbo a Albufeira, en este último nos paramos a comer y vimos el potencial de la Costa del Sol portuguesa, con ganas de bañarnos nos tuvimos que ir a Sevilla, a Guadaira.
En fin, vas con tus amigos, te enriqueces desde muchos ámbitos, te lo pasas bien, conoces historias de Cabo Verde, sales de tu aldea, pruebas cosas distintas, conoces mejor a Europa. ¿Vienes a la próxima?