Hacia las 11 de la mañana comenzamos a llegar al Mayor. Lo primero fue recoger la tarjeta de identificación, tipo congresos, para reconocernos pronto porque… algo hemos cambiado. Recibimos una carpeta con el horario, el CD con las fotos que veríamos después y alguna documentación de Amigos de Guadaira (AG) y de las actividades que desempeña esta agrupación con la ayuda de los Antiguos Colegiales inscritos.
Miguel Valle y Juan Mateo de la Haza, dos arquitectos que viven en Granada, fueron los primeros en llegar. Luego Isaac Albarrán, médico, y María, su esposa, desde Madrid. Después, Chema González Herranz, ingeniero, Decano de la última época, desde Sevilla; Jorge Sánchez Mayendía, ingeniero y banquero, desde Córdoba; Quino Molina, desde su IESE de Madrid y Quique Figueroa, catedrático de Ecología en Sevilla.
Algo después llegaron, Paco Rodríguez Boix, el Moro, desde Huesca, donde es notario y José Luis Navarro Esteban, abogado de Almería. Pronto llegaron también Salvador Albarca, ingeniero y Amparo, su esposa, desde Sevilla. Luego Pepe Linares, químico, que lo sabe todo del aceite y María Luisa, su esposa. Después fueron llegando Paco Luis Cumbreras, catedrático de Física en Sevilla, Joaquín Franco Cebrián, médico, y su esposa Mayte, desde Granada. Y Vicente Perea, abogado y funcionario especialista en Seguridad Social en Málaga. Casi a la vez Luis María González Méndez, en la Alta Inspección de Educación en Extremadura y Teresa, su esposa; José Luis Rodríguez Domínguez, consejero de la RTVA y Ana María, su esposa; Ramón Abella, ingeniero Industrial. A media mañana, se incorporaron también Quico de Linares, psiquiatra malagueño e Irina, su secretaria nacida en Moscú, así como Rafael Ruiz Usano, catedrático de Organización Industrial recientemente jubilado y Juana, su esposa.
A ellos nos unimos Antonio Sánchez Casas, arquitecto y Secretario Técnico de Amigos de Guadaira (AG), yo mismo Antonio Gutiérrez, coordinador del Encuentro con la inestimable ayuda de Chema González.
Poco antes del almuerzo se incorporó también Antonio Guindo, de una promoción posterior.
De acuerdo con el horario, a las 11.45 h. tuvimos la Santa Misa. El sacerdote nos invitó a dar gracias por nuestra presencia en este feliz aniversario, coincidente de modo aproximado, con la venida a Guadaira de San Josemaría. En el Memento de Difuntos pidió por los ya fallecidos: Martín (Caballero), Juan Luis (García Teba), Ignacio (Muñoz Benítez), José Antonio (González de la Peña) y Juan (Morales Luque) y todos nos unimos a su petición confiada por estos amigos, para que intercedan por nosotros desde el Cielo.
Después pasamos al salón de actos, donde Quino presentó el vídeo de la tertulia de San Josemaría en Guadaira, que tuvo lugar el 8.XI.1972. Contó el contexto de la tertulia y la sorpresa y la preocupación que supuso para él el que se tuviera en Guadaira, pues muchos de los residentes eran nuevos y no sabía cómo iban a reaccionar. Sólo hubo tres que no asistieron, alegando diversas circunstancias académicas. Los demás asistieron todos y se portaron magníficamente, con educación y cordialidad. Recordó Quino que de los que no asistieron con el tiempo, luego tuvieron un gran cariño a la Obra. Y concluyó Quino diciendo que, el efecto positivo de la tertulia San Josemaría lo extendió incluso a los que no asistieron.
A continuación tuvimos la proyección del vídeo. Gente como Miguel Valle, Chema González y Quico de Linares, estaban en primeros planos, elegantísimos luciendo sus becas colegiales. Vimos también a Luis Mª Méndez, sentado en el estrado, haciendo preguntas.
Y nos reímos todos con la pregunta que le hizo Antonio Mª Bogas a San Josemaría: «¡Padre! además del estudio, ¿cuál es la principal mortificación?».
San Josemaría contestaba todo con gran cariño, buen humor o padeciendo en alguna ocasión, como cuando respondió, dolido, una pregunta sobre agravios a la Confesión. Pedía oraciones por el Papa y por el que le sucediera, y nos sorprendió la actualidad que tenían esas respuestas.
También Quino se llevó aquel día un comentario cariñoso de San Josemaría, cuando le instó a confiar en su sonrisa para ejercer la autoridad como director.
Las preguntas eran muy variadas y confiadas, y a San Josemaría se le veía muy a gusto y contento. A todos se nos hizo corta la tertulia, pero había que terminar. Al verla, nos dimos cuenta de que realmente fuimos unos privilegiados por estar en Guadaira junto a un santo. Somos conscientes de que nosotros tenemos un intercesor en el Cielo que a partir de ahora le vamos a pedir más.
Después del vídeo se le impuso la Beca de Guadaira a José Luis Rodríguez Domínguez. Quino, Director de Guadaira en aquella promoción, rememoró la llegada de José Luis a Guadaira con su padre, su estancia, y su marcha aquel año en que tuvo que abandonar el Colegio Mayor por circunstancias transitorias, pero que duraron varios años. El caso es que su cariño mostrado y demostrado a Guadaira durante años, junto con su vivo deseo de tener ese distintivo de ejemplaridad, le han hecho por fin acreedor de la Beca de Guadaira.
Le acompañó al estrado Chema González, como decano del curso 1972-73. Quino le impuso la beca y José Luis, emocionado, dijo unas sentidas palabras de agradecimiento que hizo extensivas a su mujer Ana María.
Después Antonio Sánchez Casas, Secretario Técnico de Amigos de Guadaira, expuso la selección de fotos reales de nuestros tiempos universitarios, durante 15 divertidos y asombrosos minutos de este reportaje que hemos dado en llamar «Tal como éramos», del cual se hizo entrega en CD a cada asistente. Lo pasamos realmente bien y disfrutamos recordando a la gente y viéndonos en momentos más o menos jocosos.
También estuvo con nosotros el subdirector de Guadaira, Perico Ortega, quien excusó la ausencia de Javier Luján, el Director actual, que estaba en Cáceres participando en la reunión nacional de Colegios Mayores.
A continuación nos fuimos a la sala de estar, donde estaba preparado el almuerzo en forma de aperitivos variados muy bien presentados. Otros se entretuvieron viendo el jardín, porque el día se había puesto bueno, pero en fin, la comida fue un buen momento para recordar y para hablar con unos y otros. La atención y recogida de las cosas corrió a cargo de actuales residentes, serviciales como siempre ocurre.
Después café y pastelitos previos a la tertulia. Ahí también Quino contó muchas cosas que otros adornaron con detalles y nuevos recuerdos. Fue una hora u hora y media, serena, divertida, llena de anécdotas buenas, positivas, recordando lo mejor de cada uno de los que fueron nombrados y no pudieron estar con nosotros.
Antes de irnos pasamos por el stand de polos, gemelos y enseres de Guadaira, en el que sobre todo destacaba el recientemente libro publicado sobre don Jesús Arellano, primer Director de Guadaira, titulado «Semilla de Verdad».
Como en los buenos tiempos, la tertulia se prolongó en Los Monos y allí seguimos recordando y evocando.
Con un abrazo y deseo de vernos pronto finalizó una jornada inolvidable.
¡Hasta la próxima, y que seamos aún más!
Antonio Gutiérrez Muñoz, cronista del Encuentro
Antiguo Director de Guadaira, precedente a Quino Molina