Dentro del Ciclo Universitario sobre el Terrorismo de ETA que organiza durante este curso el Colegio Mayor Guadaira, tuvo lugar el pasado viernes la conferencia «Asesinatos políticos de la banda terrorista ETA», protagonizada por María San Gil, ex-presidenta del PP del País Vasco.
Al principio se proyectó un vídeo de la Fundación Villacisneros sobre Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA cuando comía junto a María, y al que admira profundamente. En su intervención, San Gil habló sobre las víctimas del terrorismo, que sólo piden memoria, dignidad y justicia, y a las que no se les da ninguna de las tres, ya que se habla de «conflicto» entre dos bandos y de «que no haya vencedores ni vencidos» al tiempo que se acerca a los presos al País Vasco sin mostrar arrepentimiento, ni pedir perdón, ni colaborar con las investigaciones policiales, y se permite su presencia en las instituciones a través de la marca Bildu, por no mencionar los cientos de asesinatos de ETA todavía sin resolver. En realidad, los únicos bandos que ha habido han sido el de asesinos y el de víctimas, y tiene que vencer la justicia sobre los criminales, y por supuesto quienes justifican el uso del terrorismo para alcanzar objetivos políticos no deberían poder formar parte de las instituciones.
Por último, tuvo lugar un coloquio moderado por Rosario Fernández-Cotta, en el que hubo varias preguntas y se trató con extensión la necesidad de dar la batalla cultural, especialmente desde la sociedad civil, de manera que las propuestas basadas en el humanismo cristiano lleguen a ser las preferidas mayoritariamente por el conjunto de los ciudadanos y asumidas por los partidos políticos en sus programas. Se mostró esperanzada al ver a tantos jóvenes participar en el coloquio. En su opinión la batalla cultural se está perdiendo por incomparecencia y animó a los jóvenes presentes a participar activamente en la regeneración cultural de nuestro país. También manifestó su convicción de la necesidad de un proyecto político regenerador y unido.
Muchas gracias a María San Gil, a Rosario Fernández-Cotta y a todos los colegiales que participaron de esta enriquecedora sesión.